
Teníamos ganas de mas playeo, porque este viaje hemos estado mas tiempo en ciudad que en la playa, asi que queríamos aprovechar al maximo.
Hemos cogido la carretera que va por el lado contrario de la isla para ve rnuevos parajes. Esta carretera es la que va dirección a Kuah, que digamos es la ciudad industrial y de comercio de la isla. (Nosotros estamos en Pantai Cenang que sería el pueblo turístico de tiendas y restaurantes).
Al llegar a Kuah nos hemos equivocado en un cruce y hemos cogido una carretera llamada Beringin que nos ha llevado a un resort abandonado en una playa desierta. En seguida mi mente de empresario se ha puesto en funcionamiento a pensar en cómo podría desarrollar ese hotel abandonado y convertirlo en la ibiza de Asia. Pero luego he recordado que aquí no pueden comprar tierras los extranjeros, y supongo que montar toda la inversión en tierra de otro es un poco jodido, y sobre todo tan lejos. Pero se podrían hacer grandes cosas...

Luego hemos cogido la carretera correcta y hemos seguido rumbo norte, cruzandonos con muchos monos en la carretera, que cruzan como peatones, mirando a los dos lados y esperando que no venga nadie. También vimos una especie de varano, un lagarto de mas de un metro de largo, al borde de la carretera. Parecía como si lo hubiera atropellado algún coche, porque no se movía, pero tampoco probamos a tocarlo, no fuera a ser que estuviera dormido y nos echara un bocao.
Al final llegamos a la tan deseada playa de Tanjung Rhu, en la que pasas por un camino privado y te hacen firmar un papel con unas normas de conducta, comprometiendote a no entrar en la parte oeste de la playa donde está el resort de megalujo y sus icachones, a los que no puedes mirar a los ojos directamente porque te disparan los francotiradores (esto ultimo no tengo pruebas de ello, pero seguro que es verdad).

Myriam estuvo comprandose un Sarong de esos que son un pañuelo, vestido, toalla y no se que mas cosas y yo este viaje creo que es el que menos cosas me he comprado. Estoy perdiendo el placer a comprar. Con lo que yo he sido de caprichoso... cachis.



De vuelta a nuestro pueblo, después de haber recorrido absolutamente todas las carreteras de la isla, nos fuimos a ver los campo de arroz, que ahora conservan como simple atracción turística. No hay mucho que ver, y tampoco hay una visita organizada, asi que entras, los ves y te vas.

Nosotros nos fuimos a la playa, a ver nuestro ultimo atardecer en la isla. En un chiringuito playero, tomando cerveza y dumplings (como tapas chinas), y viendo los adornos navideños mezclados con las palmeras en la playa.



Estaba buenísimo, pero la pinta era amenazadora para la salud de nuestros estomagos el día antes de partir a un viaje de mas de 24 horas que nos devolverá a la dura realidad del frío invierno en España.
El viaje a Malasia ha sido todo un descubrimiento. Un pais lleno de contrastes, una mezcla de culturas, real; En la que la cocina es protagonista absoluta del día a día de los malayos. Comer varias veces al día, platos de distintas regiones, china, malay, india, singapore, hong kong es algo habitual en el dia a dia. La gente comparte su desayuno con gente de otras religiones y culturas con un respeto y tolerancia que ya nos gustaría ver a los que nos consideramos mas civilizados y qué equivocados que estamos.
Esta gente son un ejemplo de convivencia y respeto del que tenemos muchismo que aprender. Playas increibles, ciudades cosmopolitas, tecnologicamente avanzadas y población bilingue en inglés, cualquier persona de cualquier edad. Probablemente volveremos. Probablemente habrá otro blog de otras regiones de malasia, borneo quizás. Pero esa es otra historía que contaremos mas adelante.

Hasta entonces... Buenos viajes y Feliz Año 2012.